Contar la historia de tu marca es mucho más de lo que escribes en tu web, tu blog o las redes sociales. Es tu valor, misión, y la forma cómo lo transmites en cada una de tus comunicaciones dirigidas a tu audiencia, ofreciéndoles ayuda y orientación.
A todos nos gusta una gran historia. Consiguen despertarnos recuerdos, establecer una bonita conexión humana que reafirma nuestra necesidad de pertenecer a un grupo, comunicarnos y relacionarnos entre nosotros. Ocurre lo mismo en los negocios. Las empresas que tienen una verdadera historia detrás y en cada una de sus comunicaciones, crean un vínculo emocional entre su negocio y sus prospectos y clientes.
Con los smartphones y tablets pasamos más de 20 horas a la semana en los medios digitales. Además, Google recibe más de cuatro millones de búsquedas por minuto. Lo más probable es que no seas el único negocio que hace lo que haces. Para sobrevivir en el mercado informativo abarrotado de hoy, necesitas destacar. Por ello, los content marketers luchan constantemente por atraer la atención de su target. Aquí empieza el reto de las historias: las visitas llegan únicamente con contenidos atractivos, educativos y que conecten con la emoción.
Los 3 elementos de tu historia: personajes, conflictos y resolución
La narración de historias y el marketing de contenidos van unidas de la mano. Veamos con en detalle, por qué:
Personajes
Dentro del marketing de contenidos, los personajes involucrados son tus lectores, tus auténticos protagonistas. La narración de historias no puede ocurrir sin valorar y entender a tu público. Por ello, es esencial la escucha activa de tu audiencia, para poder ofrecerles una respuesta personalizada que resuelva sus deseos y necesidades. Los contenidos memorables involucran a los personajes, les ayudan, resuelven sus problemas.
Para asegurarte de que te estás enfocando en los personajes correctos, piensa en quién es tu buyer persona, la representación semi-ficticia de tu comprador ideal puede ayudar a comprender los objetivos y desafíos que tu personaje se enfrentará.
Conflicto
Una vez tengas un personaje para tu historia, es importante entender qué conflicto le ocurre. El conflicto es la lección de cómo el personaje se transforma mediante un desafío.
En marketing de contenidos y storytelling, el poder está en lo que estás enseñando. El conflicto ayuda a construir dinámicas de desarrollo y emocionales. Permite conectar dos entidades, y humanizar esas conexiones es la base para el éxito de tu negocio. ¿Cómo puedes ayudar a resolver conflictos?
Proporciona respuestas, calma el estrés, crea felicidad y facilita la vida a tus protagonistas con tus historias
Dedica tiempo a encontrar estos problemas reales, soluciones, productos y servicios para las diferentes etapas del viaje del comprador y tendrás una mejor idea de los conflictos que puedes usar en tu contenido.
Resolución
La resolución debe resumir la historia, pero también debe llamar claramente a tu audiencia a la acción. Tu historia tendrá un buen final si ha obtenido aceptación por parte de tu público y, para ello, debes provocarles emoción.
Las compañías que explican historias coherentes, auténticas y específicas con su marca destacan por una estrategia de marketing de contenidos ejemplar. Encuentra a tu audiencia, comunícate con ella a través de un mensaje emocional, claro y conciso que cree una necesidad.
Por lo tanto, antes de escribir tu historia:
- Valora cómo quieres que tu audiencia te recuerde
- Explica por qué estás haciendo lo que estás haciendo, y diciéndolo de una manera que atraiga a tu audiencia
- Sobresal, no te mezcles con ofertas similares en el mercado
- Apela al lado emocional de tus prospectos y clientes. La emoción despierta un recuerdo, y éstos se comparten fácilmente
- Involúcrate con tu cliente potencial, acompáñale durante su proceso de compra enseñándole
- Sé consistente y auténtico
- Usa todos los formatos de contenido para su narración: ebooks, emails, artículos, videos, casos de éxito… el mismo mensaje debe percibirse de forma coherente en todas tus comunicaciones
Feliz Storytelling 😉